En cualquier boda se pueden hacer dos tipos de fotografías: las que muestran lo guapos que estabais en ese día, y las que muestran vuestras emociones en ese día. Las primeras son fáciles de hacer. Las otras, no tanto. Las primeras se consiguen con unos 50 disparos; las otras, requieren un poco más de mimo, atención y tiempo. Y confianza mutua, por cierto.

Me encanta mi trabajo. En cada reportaje pongo muchos días de dedicación entre disparos, revelado digital, inspiración artística, maquetación, gestión de imprenta y lo más importante: conocer a los protagonistas, es decir, vosotros. El razonamiento es fácil: si tengo que reflejar vuestras emociones, más me vale saber quién sois, lo que sentís y cómo os gustaría recordar este momento de vuestra vida.

Si creéis que las fotos es algo que simplemente “hay que hacer” y buscáis un reportaje económico, estoy seguro de que encontraréis en esa misma página una oferta adecuada a vuestras necesidades. Si por el contrario creéis que las fotos de vuestra boda es una pieza importante de esta aventura que perdurará en el tiempo, una labor que requiere sensibilidad y dedicación, me encantaría tomarme un café con vosotros y hablar de ello.

Encantado de conoceros. Me llamo Luis Masyebra, y soy fotógrafo de bodas.