No hago fotos, cuento historias de amor. Una boda es un acontecimiento único y como tal debe ser recordado. Por lo tanto, creemos que un buen reportaje de bodas debe reunir los siguientes requisitos: los novios no solo deben salir espontáneos y naturales, también atractivos y guapos. Fotografías «de autor» interesantes, si, pero no a costa de los que salen en ellas.

El día de la boda intervendremos lo menos posible en aras de la espontaneidad, aunque estaremos siempre pendientes de todo. Los novios no solo han de sentirse cómodos, también confiados de que todo está bajo control.

Y, sobretodo, creemos en el amor con mayúsculas, y nos emocionamos con vosotros. Esto se refleja en nuestro trabajo. Queremos que os enamoréis una y otra vez al ver vuestro reportaje.

Decir » Si quiero» dura menos de un segundo, pero las fotos las veras una y otra vez, cientos, miles de veces.