Dirección: c/Alcaicería, 1 18120 Granada (Granada)
Información de Fran Russo
Un buen fotógrafo de boda profesional debe ser capaz de lograr buenas fotos durante todo el día, desde el principio hasta el final. Es por ello que sólo tomo una boda por día, para poder entregarme al completo a cada pareja de forma personal y me quedo hasta pasado un poco el baile para poder capturar el ambiente de la fiesta y no perder detalle. Concibo la boda como un todo, un día para no olvidar.
Cada instante debe ser inmortalizado, y aquí no sólo entra la técnica, sino la sensibilidad. Todos sabemos distinguir cuando una fotografía habla por sí sola y nos dice algo al corazón o cuando está vacía y no tiene vida. Sabemos diferenciar un reportaje hecho con pasión y cuando se hace por dinero. Para hacer las mejores fotografías hace falta la mejor técnica y un equipo específico, pero para mí es más esencial aún dar lo mejor de uno en ese momento, como persona, pues hablamos de emociones, de sentimientos.
Hay dos formas de buscar fotógrafo para una boda; por dinero o por calidad. Todos sabemos que será imposible hallar un profesional barato que haga un trabajo extraordinario. Y esto es así porque cuando su trabajo es valorado sube su precio ya que tiene que aceptar pocas bodas para dedicarse en cuerpo y alma a ellas (eso si se lo toma como pasión y no como simple negocio). Sus precios están a la altura de la cantidad de solicitudes. Si uno se entrega al 100% hay muchas más horas detrás de cada boda de lo que la gente imagina; selección de fotos, procesado, montaje de álbumes de forma personal.
Hay muchos estilos y maneras de hacer un reportaje de boda y yo personalmente trato de hacer un trabajo distinto de los reportajes tradicionales, sencillamente porque no son lo que quisiera para mí mismo.
Los recuerdos más importantes
La gente siempre busca la mejor iglesia, el mejor restaurante, el mejor vestido… sin embargo para elegir fotógrafo uno olvida que esas fotografías serán lo único que quede para recordar ese día, y que cuanto más reales y hermosas sean más bello y sentido será ese recuerdo para siempre. En esto uno no puede conformarse con cualquier cosa, pues todos conocemos parejas que tristemente no quieren mostrar sus fotos de boda. Cuando pasen los años se querrá recordar todo, sin olvidar ni un sólo detalle (algo imposible en un reportaje clásico). ¿Qué precio tienen estos recuerdos?
El fotógrafo tampoco debe de forzar a la pareja a hacer lo que él quiera. Debe adaptarse y limitarse a captar la realidad de lo que pasa, ante todo, escuchando a la pareja para saber qué es lo que desean y ofreciendo su creatividad y su experiencia, sin imponerse. Para ello siento indispensable compartir algo de tiempo con cada pareja, conociéndoles y mostrandoles cómo trabajo. Eso se logra en las indispensables sesiones Preboda. También cada álbum debe ser diferente, por lo tanto no uso plantillas ni programas, sino que personalizo cada trabajo con los gustos de cada pareja.
Cada pareja es diferente, cada persona es diferente; por lo tanto cada boda es diferente.